25 febrero 2014

Disfraces sencillos para Carnaval


Se acerca el Carnaval y aún no tienes disfraces para tus hijos. Te ha pillado el tiempo y las tiendas están cerradas. No eres una manitas o no quieres engorrosos disfracen que sólo acumulan polvo en el armario. ¡Pues manos  a la obra! Te dejo unas ideas sencillas, originales y muy fáciles de hacer.






24 febrero 2014

Problemas técnicos


Estoy teniendo pequeños problemas técnicos. Se ha desconfigurado el blog. Pero parece que después de mucho, he conseguido domarlo. En breve volverán las secciones y nuevas historias.


19 febrero 2014

Cuentos de escalera para llegar donde tú quieras (Discapacidad)



Muchas veces CASI puedo hacer bien las cosas. Otras veces CASI las termino a tiempo.
En mi colegio, me dicen que soy ESPECIAL, aunque mi madre me cuenta que todos los niños son especiales, yo solo soy UN POCO DIFERENTE.
Cuando intento aprender la tabla de multiplicar me CUESTA mucho. Pero Anita, mi compañera de pupitre, me AYUDA con los números.
A veces, cuando intento hacer cosas, mucha gente me dice que no PUEDO. Pero he aprendido, que con esfuerzo puedo hacer lo mismo que un niño NORMAL. Pero, ¿Qué es normal?
Me gusta mucho jugar al futbol, pintar, ver la televisión, leer cuentos, ir con mi abuelo a la playa. Soy CAPAZ de hacer muchas cosas, aunque a veces necesite ayuda.
Cuando voy a la biblioteca, puedo SOÑAR con ser un astronauta, pirata, médico, domador de leones, granjero, caballo volador… Y todo ello sin esfuerzo.¡El libro es mi escalera y con él soy capaz de llegar dónde quiera!

Con esta entrada, hoy os dejo una selección de libros infantiles para tratar la discapacidad. Aprovecho la programación de los cuentacuentos que hago cada mes en la Biblioteca, para sensibilizar a los niños y daros herramientas a vosotros para que podáis acercar el tema a los más pequeños.¡Espero que los disfrutéis como yo!


CORRE, PEQUEÑO GORRIÓN

Edit. Juventud, ISBN 9788426139313 
Brigitte Weninger y Anna Anastasova

El gorrión y el ratón siempre han sido amigos. Pero un día una fuerte tormenta hiere a gorrión y él no vuelve a volar. Una bella historia sobre el cambio de vida, la aceptación, la ayuda desinteresada de ratón y una gran amistad. Nada volverá a ser como antes.


05 febrero 2014

Horacio y el calendario (Exceso de tareas)



Quién no ha echado andar durante horas y al regresar le han dolido los pies horrores. Seguro que todos tenéis un armario con varios zapatos. Unos para correr, otros para caminar, unos para el frío invierno, unos descubiertos para enseñar los pies, otros con tacones bien altos, unos para pegar puntapiés al balón y otros que se caen a trozos de tantos Kilómetros caminados.
 Esta historia no sólo habla de zapatos sino que  también nos puede ayudar a reflexionar sobre la saturación de tareas que tienen los niños actuales. Demasiadas horas pasan en la escuela reteniendo conceptos y llevándose deberes a casa, como para llenar el  tiempo libre con más actividades extraescolares dirigidas. Actividades que les pueden llegar a agotar y perder el norte de lo que significa ser niño (imaginar y jugar). Jugando también se aprende e imaginando se crece haciendo niños más felices y menos frustrados.
¡Espero que os guste!


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Lesley Spano
En la casa de Horacio todo eran siempre gritos y peleas. Su madre ya no sabía qué hacer, y es que el pequeño no atendía a razones, ni horarios.
El niño nunca se levantaba para ir al colegio a su hora, el lunes no se despertaba porque pensaba que todavía era domingo, a la hora de merendar quería ver la tv, y a la hora de baño quería jugar en el jardín.

Así que aquella tarde Horacio estuvo castigado todo el día, sin ver la televisión, si jugar en el parque, sin postre, sin consola, sin colores, sin música, sin su hermana Leonor; encerrado en la habitación.
-Hasta que no respetes  el calendario y hagas tus tareas, no vas a salir de tu cuarto. A ver si aprendes a ser un niño normal- Le dijo su madre con la cara colorada y los pelos de punta.
¿Ser un niño normal?, ¿y eso qué es? pensó Horacio muy enfadado mientras cerraba de un portazo la puerta de su habitación.
Tanto tiempo pasó aburrido y sin nada que hacer, que se tumbó en la cama y comenzó a soñar con los ojos abiertos.
Imaginó ser un vaquero a lomos de un avestruz (si como lo lees, así era su fantasía). Trotaba y trotaba pero…. ¡oh!  Al final del camino el avestruz se paraba, ¡claro! Horacio no tenía una escoba para montarla.