Felices Fiestas Hilander@s

Que paséis unos días llenos de risas y buenos momentos. Os espero el año que viene, con energías renovadas.

Si pincháis en la imagen, podéis ver la nueva versión de los tres cerditos y el lobo, en su estampa más navideña. Un abrazo enorme

Manualidades: Tejiendo con los dedos y estrellas de papel

Una manualidad navideña para compartir con vuestros hijos. Ellos ponen los deditos y vosotros colocáis la lana, o al revés, el caso es que no terminéis hechos un lío.

Después, un bonito papel de regalo y un lazo. Ya tenéis un bonito regalo de Navidad, hecho con vuestras propias manos (nunca mejor dicho). Os ayudará a pasar el tiempo, de una forma amena con los más peques.

Entre cadeneta y cadeneta, podéis preparar un rico bizcocho y un buen chocolate caliente. Una buena actividad para estas vacaciones.

Para los amantes del papel, una bonita estrella de papel, para decorar los árboles de Navidad, vuestros rincones más secretos, o la puerta de entrada. Si sois poco mañosos, podéis sustituir el pegamento de barra, por papel celo y unir la estrella con una grapadora. El resultado es semejante. No tan estética, pero os facilitará el trabajo.

Una estrella que realizamos en un taller, para los menos mañosos

Un regalo al cliente algo especial

Historias curiosas de Navidad 1: Un regalo a los clientes la mar de original. Una FARMACIA seria (la de mi calle) promuebe la economía local. Nada de cremas o lápices labiales. Producto con denominación de origen, cultivo ecológico. Arroz de Calasparra. ¡Ahi es nada!,la prueba para que veáis que no engaño.

 

Esta es su forma de decir "Feliz Navidad, come sano y deja los polvorones y turrones de lado que luego te vas arrepentir!

Un sábado de cuentos en Murcia

Contando por la mañana en la Biblioteca Regional, como siempre

Contando por la tarde con Evocadas, Narración oral  en el Pabellón I del Cuartel de Artllería, con Clara Evocada.

 Y después de contar, camino de casa a descansar. Gracias a todos por venir y a Juanjo por hacer malabares con la cámara.

Zapatero a tus zapatos (Vestuario)

Dame zapatos, de muchos colores, con o sin tacones. De cuero o sintéticos, con velcro o cordones. De punta redonda o triangular, brillantes o llenos de suciedad.

Esto era una vez, un zapatero que coleccionaba zapatos y los guardaba en un arcón. Allí guardados, los zapatos se aburrían e inventaron un mundo, al que llamaron Puntaytacón.

Las botas de montaña, eran los caballeros de honor, recorrían los campos sin desgaste, subían el monte, lo bajaban y, a veces, luchaban contra un dragón.

Las deportivas eran las mensajeras, las más rápidas siempre en llegar. Recorrían a veces kilómetros, otras millas, siempre las cartas eran los primeros en entregar.

Las pantuflas, buenas consejeras reales. Cálidas y tranquilas, siempre las más cabales del lugar.

El tacón más alto, una madrastra muy peculiar. Altiva y sufrida, a las princesas buenos modales quería enseñar.

Las manoletinas eran las princesas, por los bailes de la corte de puntillas iban a danzar. Para no cruzarse con su madrasta, que su espíritu quería domar.

Los mocasines, los príncipes atolondrados, que sobre un caballo blanco, el amor querían encontrar.

Los náuticos, los marineros, que con la luna salían a navegar. A ver si luchaban contra piratas o con sirenas podían cantar.

Las alpargatas, eran las campesinas, que en la tierra querían sembrar. Cereales, frutas o verduras, mirando siempre al cielo están. No vaya hacer mal tiempo en ese lugar.

Comecuentos II: Postre

Después de una copiosa comida, viene el postre. Un guiso muy especial, que no empacha y llena de dulces sensaciones las palabras.

Un guiso muy dulce

Dulce es el gran amor de mi vida. Cocinada a fuego lento durante treinta años y aderezada con los mejores condimentos, el resultado es una mujer de tres tenedores.

Sus hermosos ojos son de un bello color caramelo. Tiene los labios rosas como las fresas, sabrosos y delicados cual trufa. Las mejillas siempre se conservan encarnadas como las cerezas y su pelo desprende un encantador aroma a canela.

La sonrisa resulta exquisita como la miel y adoro acariciar su piel suave de melocotón. Siempre ha sido un bombón, con figura de embriagante licor.

Llena de deliciosos ingredientes, sus palabras siempre me reconfortan con un agradable toque a manzanilla y sus besos son de ardiente y picante guindilla.

En el menú de la vida, Dulce nunca me ha decepcionado. Noche tras noche regreso a su lado y ella me deleita con todos sus buenos sabores.