10 febrero 2015

Idea rápida para contar

A veces no sabemos cómo introducir cuentos para los más pequeños, sobre todo historias sin letras e ilustraciones.
Crear versos cortos, con una temática en común, rítmicamente acompañados por onomatopeyas os pueden ayudar.
Os dejo, una fresca idea, sacada de una retahíla popular (también os pueden servir trozos de canciones, trabalenguas..)
.A modo de ejemplo os dejo un librillo de Edelvives (¿Un gato?, colecc.VEO, VEO. Genechten, Guido van. ISBN 9788426350954)
Otras veces os he hablado de estos libros de “acordeón”. Usan parte de la ilustración, como secuencia para el siguiente.
Consejo: Cuando terminéis el cuento, usar las palabras mágicas:
Colorín colorado este cuento NO ha terminado. Ahora que lo ves te lo cuento al revés
Vais cerrando las páginas, contando las historias al contrario y acabáis la historia con la misma retahíla que habéis iniciado. Espero que os guste
EL GATO DE MARGARITA
Uno, dos, tres y cuatro
Margarita tiene un gato,
Con las orejas de trapo
Y los ojos de cristal
Y tiene para merendar
Pan chicha, chicha y pan

ESTE ES UN GATO
Este es un gato
Con las orejas de trapo
Y un cascabel (o la barriga del revés)
¿Quieres que te lo cuente otra vez?

ERA UN GATO GRANDE (Podéis usar el inicio de esta canción)
Era un gato grande que hacía ro-ró.
Acurrucadito en su almohadón.
Cerraba los ojos, se hacía el dormido.
Movía la cola, con aire aburrido. 

Era un ratoncito chiquito, chiquito
Que asomaba el morro por un agujerito.
Desaparecía, volvía a asomarse
Y daba un gritito antes de marcharse.

Salió de su escondite, 
Corrió por la alfombra
Y miedo tenía
Hasta de su sombra.

Cuando al dar la vuelta
Sintió un gran estruendo: miau!
Vio dos ojos grandes
De un gato tremendo.

Sintió un gran zarpazo
Sobre su rabito
Y se echó a correr 
Todo asustadito.
En la colección de VEOVEO, tenéis el cuento ¿Un ratón? En la canción de arriba, podéis jugar con la segunda estrofa.
Hasta aquí hemos llegado Hilander@s, espero que os haya gustado y hasta la próxima, que espero no sea tan tardía. Pero ya sabéis, que con este frío los dedos se me caen a trozos…Un abrazo